martes, 25 de febrero de 2014

FRANCISCO ACUYO Y SUS VERSOS EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Los versos del poeta granadino Francisco Acuyo en la sección de poesía de La noche en blanco de Granada.










FRANCISCO ACUYO Y SUS VERSOS 
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA









Francisco Acuyo Donaire (Granada 1960) Cursó estudios de Derecho y de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada –en esta última disciplina es doctor- (compaginándolos con cursos y actividades de Astronomía y Astrofísica, disciplinas de las que era y es gran aficionado) en la Universidad de Granada. Realiza numerosas actividades de edición manifiestas en publicaciones diversas: fue codirector de la revista literaria Extramuros, (hoy es su actual director) junto a su fundador, ya desaparecido, José Espada, así como director de la colección literaria del mismo nombre durante esta época. Asesor de la revista Papeles Mojados de Río Seco, de Sevilla. Director de la revista Jizo de Humanidades y de las colecciones Jizo de Literatura para niños, de Literatura y Artes Plásticas y de Literatura Contemporánea, también del sello editorial Jizo. Director de la revista Artecittá Synesthesia Journal con la profesora Dina Riccò, de la Universidad Politécnica de Milán. Ha sido colaborador del Grupo de Investigación Interlingüística de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada. Es miembro investigador de la Fundación Internacional Artecitta, miembro de la Asociación Andaluza de Semiótica y del Grupo de Estudios Semióticos de la Universidad de Granada.
 Entre los libros de poemas publicados se encuentran La Transfiguración de la Lira (1984), No la flor para la guerra (1987), Ancile (1991), Cuadernos del ángelus (1992), Vegetal contra mosaico (1994), Los Principios del Tigre (1997), Mal de lujo (1998), Pan y leche para niños (2000), El Hemisferio Infinito (2003), Centinelas del sueño (2008) o Haikus de la Alhambra (2013). Entre los cuadernos de poesía y pintura: Diez Décimas Decimales (2000), Ángel contrario al imposible (2001) o En Campos de Zafiro (2001) entre otros. En cuanto a ensayos científicos y literarios: Los fundamentos de la proporción en lo diverso: sobre la simetría y la asimetría endecasilábica (2007 y 2011, en edición nueva y revisada), Fisiología de un espejismo (2010) y Elogio de la decepción (y otras aproximaciones a los fenómenos del dolor y la belleza) (2013). Ha sido traducido al inglés, francés, polaco y portugués. Se preparan traducciones de sus versos al ruso.






FINALE




DEL ángel soy naufragio de la ciencia
que a luz de mi reflejo suspendido
–aunque poeta, referidlo os pido–
tendrá matiz espejo toda esencia.

¡Cuánta los dulces términos ausencia
demuestra tanto coro trascendido!
desmayo abajo viendo que han subido
la luz y el alma, el aire y la conciencia.

A la luz donde duermo no escondida,
un ramo me recuerda destilado
en el vaso profundo de la vida.

Concentro en él mi ardor, y en él me
[inspiro:
y de la esencia púrpura turbado
se elevan los aromas, y suspiro.




De La transfiguración de la lira (1984)





EL TIEMPO EN LOS ALERCES




QUÉ designio, cuál pregunta;
por qué guarda su secreto
la vida ? ¿ Dónde el vivir ?
Vivir, morir con el sueño

que despierta a nueva vida.
El sentido pone cerco
al sentido sin sentido,
urge el deber de tenerlo.

El deber que no radica
en voluntad ni en efímero
conato o firme liturgia
que oficie tránsito eterno.

Tanta angustia contenida
en esta fuente de tiempo,
si la corriente infinita
quieta quedó, en movimiento.

Acaso cada mañana
en este jardín de invierno
con las guirnaldas despierta
la primavera del sueño.

La vida tiene el deber
sentido tras del espejo:
Cual mendigo nos acecha
casi imagen con su espectro,

como miserable ungido
que detesta el somnoliento
perfume donde el nihilista,
embalsamador de viejos

afanes, y de banales
codicias, y de harapientos
mantos de almas consumidas,
realidad hace el deseo.

Manos de la cotidiana
inmundicia y del incierto
sentido, de la penumbra
entre tanto harapo viejo,

entre túnicas raídas
y entre carcomidos lienzos.
Deber sentido. Existencia,
existencia, sí, y silencio.

Y entre tantas flores tiernas
la abeja liba el concepto.
Corre el agua de la fuente
hasta llegar a su centro.

No se encuentra el manantial
en la oquedad del silencio,
y alienta el agua la fuente
hasta ganar el desierto.



De Los principios del tigre 1997, (1ª edición, 2012, 2ª edición)





CONSENSO




«Ya que con más regalo el campo mira»
Luis de Góngora:
«Soneto sesenta y cuatro»




DESPACIO flor, deseo, amor, despacio.
Despacio sobre el cáliz de tu pecho;
despacio, noche, aliento, seda, lecho,
pétalo, tiempo, cisne, amor, espacio.

Sereno, sosegada luz, palacio
de fragancias, de juego, de despecho;
despacio, si dolor, si paso estrecho,
si amplio deliquio, si cristal, despacio.

Comba el silencio trémulo en la roca
la luz sonora, y en el campo he visto
doblarse las espigas en la boca

del viento, y en tu vientre adormecida,
morir por el azar de lo previsto
la amapola que sueña con la vida.





De Mal de Lujo (1998)





PÚBERES CRIATURAS



Para Magda, Brenda y Mara[1]
Unos versos a  la luz y las sombras de estas púberes criaturas


-Moi, j’ai la lèvre humide, et je sais la science
De perdre au fond d’un lit l’antique consciencie.

Yo, tengo húmedo el labio, y sé la ciencia
De perder en  el fondo de un lecho la antigua conciencia

Les metamorphoses du vampire

La metamorfosis del vampiro

Charles Baudelaire







   SI prímulas o alhelíes,
si jazmines o jacintos,
en el jardín de su origen

oscuro,  un fanal el símbolo
de sus púberes perfiles
proyecta el secreto  idilio

de las luces no invisible,
de las sombras fugitivo.

   Si cariz de tersos marfiles,
no sin insolencia, quiso
de la eternidad el límite

traer para el infinito;
así, traviesas, se fingen
entre rosas cristalinos

pétalos de cuya estirpe
se ofrecen eterna efímeros.

   Delicados colibríes
han por los labios subido
a besar en cada linde

de la boca al libertino
solitario ya partícipe
del límite y el infinito,

aquel que en sombras luz finge
y del silencio el sonido;

   aquel natural artífice
que se consagra lascivo
para la vida invisible

que a vuestro carnal recibo
ofrece inmortal estirpe.
Púberes criaturas, digo,

que prímulas o alhelíes,
que jazmines o jacintos,

   al destino sin origen
de vuestro sagrado círculo
muestran, certeza imposible,

donde  miraron los siglos
tejer la belleza su urdimbre
efímera en sacrificio

de ese nardo que pervive
a vuestros rostros sumiso.




Del libro inédito Poemas herméticos





Francisco Acuyo







lunes, 24 de febrero de 2014

LOS VERSOS DEL POETA ANTONIO PIEDRA EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Tenemos el placer de ofrecer en nuestra sección de poesía del blog de La noche en blanco de Granada, los versos del poeta  participante en la antología La luna en verso, Antonio Piedra.










LOS VERSOS DEL POETA ANTONIO PIEDRA 
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA









Antonio Piedra es director de la Fundación Jorge Guillén, profesor de Literatura Española en la Universidad de Valladolid, y académico de número de la Academia Castellano-leonesa de la Poesía.
Ha publicado diversos poemarios, como Del rigor al desatino, Calendario profano, La moneda de Caronte, Argumento de cal, Edades de la sonante espuma, Si yo fuera de verdad, Estamos en alta mar, etc. Su aportación más relevante, en cuanto a renovación poética se refiere, gira en torno a la jaiquilla, estrofa de la que es inspirador.

Como estudioso de la literatura, posee un amplio historial de publicaciones –libros, ediciones, monografías, artículos y ensayos– que van de la época clásica a los autores más recientes. Ha dirigido revistas y suplementos literarios, y firma colaboraciones fijas en distintos medios de prensa. Entre otras distinciones, cabe destacar el premio de Doctorado 1992,  “El tesorillo” de Poesía (Granada, 1994), Premio Nacional de Edición en 1995 y 1998, Premio Nacional Teresa de Ávila a la Trayectoria Literaria 1999,  Premio Nacional  2001 Carilda Oliver de Cuba, o el Premio de Poesía Jorge Guillén 2010.





VOLVER A VER





                                   También Ovidio, en el Ponto Euxino,
                                   calmó las bullas con granizo
                                   y, cuando los ardores fueron mármol,
                                   una tristeza dorada dio nombre
                                   a cada esquina de la dulce Roma.
                                   Todo destierro es eso:
                                   atraco de melancolía,
                                   una exclusión gratuita,
                                   y una pregunta por el cielo:
                                   ¿éste será el mismo que poseía?
                                   El mismo, el mismo que el acerolo
                                   de los sueños ordinarios.


                                                                       (De Edades de la sonante espuma)




NOCHE CARIBE




                                   Un año apenas,
                                   y aquellas palomas de san Bernardo,
                                   que por su velocidad tan purísima
                                   nos parecían otras y las mismas,
                                   hoy he vuelto a verlas en su retiro
                                   de invierno y sé que no:
                                   que son definitivamente otras.
                                   Las que fueron sobre el tejado
                                   secreto y navío de la escarcha
                                   evaporaron su hermosura
                                   porque al raso de las ojivas
                                   vosotros y yo,
                                   pasión y criatura,
                                   no somos sino etiquetas de un azul
                                   errante y mortecino.
                                   Sí, pero las otras, las que no visteis
                                   en su laberinto de naranjales
                                   y dejaron en mi noche caribe
                                   un atropello de sedas y un sollozo de nieve,
                                   esas, precisamente esas,
                                   con su tiempo de arquero
                                   y patrulla febril,
                                   esas, lo juro, son las mismas.


                                                           (De Edades de la sonante espuma)





                                   CULTURA


                                                           Apiádate del turismo.
                                                           La cultura al fin es como el amor:
                                                           un sauce a la intemperie y tú.



Lo reconozco
sin esa náusea del futuro
que cede gratis bastanteos al hedor:
soy parte del tropel de reposteros
que ha hecho de la modernidad
la jareta descendente del espíritu
y un panfleto social del alba.

Con la neuralgia de los ismos
hemos creado deidades sometidas,
políticos caníbales,
intelectuales de jabonera,  
obras de joviales enterradores,
y un sentimentalismo astuto
de lencería fermentada.

En resumen: un percutor de ruidos
para una sociedad pletórica
en accidentes profundos
y en soledades de cimbel.
A pesar del progreso coronado,
el triunfo de los sexadores
ha sido más bien relativo.

Dentro hay una resistencia solapada
–libertad de origen–
que oxigena el cansancio permitido.
Y emergen primaveras,
que revienta muros en Berlín
y piraterías salvajes de Wall Street,  
en hermosos desfiladeros.

Y ahí, en masteleros eternales,
Tristán e Isolda en el acantilado,
Romeo y Julieta en su realidad niña,
los pensadores griegos y cristianos
en sus confidencias de aurora, y tú…
tú  moldeando el embuste de la boca
hasta el próximo sorteo de un beso.


                               ((De Estamos en alta mar)



                                         Antonio Piedra
     






miércoles, 19 de febrero de 2014

LOS VERSOS DE AMELINA CORREA EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Hoy recogemos para la sección de poesía del blog de La noche en blanco de Granada los versos de la poeta Amelina Correa.









LOS VERSOS DE AMELINA CORREA 
EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA













Amelina Correa Ramón, catedrática de la Universidad de Granada y miembro de la Academia de Buenas Letras de dicha ciudad, ha ejercido como docente en las universidades de Almería y Sevilla y ha impartido conferencias en más de cincuenta congresos en diversas ciudades de España, Reino Unido, Estados Unidos o Francia.

Como investigadora literaria se ha dedicado de manera preferente al rescate de autores hispanos raros y olvidados, con más de veinte libros publicados sobre escritores de origen granadino como Isaac Muñoz, Melchor Almagro San Martín, Antonio de Zayas o Francisco Ayala, y andaluces como Alejandro Sawa, por cuya semblanza obtuvo el prestigioso “Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías” en 2008.

También ha dado a conocer a otros muchos autores de la literatura española de finales del siglo XIX y principios del XX, a través de varios diccionarios y colecciones de textos, prestando especial atención a la literatura escrita por mujeres.


En el terreno de la creación, varios de sus poemas han sido incluidos, desde 1986, en diversas antologías, habiendo publicado igualmente tres poemarios: Seré flor nueva, en 1987; Rigel, en 1989; y Una palabra tuya. Poesía, en 2005; encontrándose pendiente de publicación La luz inaugurada, “Premio Nacional de Poesía de Mancha Real” en 2004.




                                       ADELFAS V





En la noche al espeso perfume de las rosas…
Pablo Neruda



Tomo tu mano.

Extiendo
una fragante selva
de alhelíes.

Sangre.
Vertida en la tibieza
de la noche.

Dulcemente restañando
tus heridas,
muero entre tus labios.






                                  LA LUZ INAUGURADA, XIV



Algo en la blanca forma resplandece
y brilla con concéntrica figura,
amado círculo de perfección segura
se alza en la mano y mudo te estremece.

Afuera de la iglesia ya anochece
y cabalgando está la noche oscura
pero a tus ojos, fijos con premura
en blanca forma, sientes que amanece.

Y algo se deslíe por tus venas,
y notas por tu sangre algún delirio,
y pronto está tu cuerpo en luz bañado.

Atrás dejado el mundo, atrás las penas,
quemándote el fervor con voz de lirio,
pues que así nombras tú a tu bienamado.






                                  LA LUZ INAUGURADA, XVI



(Juan de la Cruz se complace en introducir a unos novicios en el éxtasis divino)


Fray Juan contempla
a los novicios.



Entran azorados en el recinto
oscuro,
con la luz de una vela dorando su tez pálida...
Muchachos
apenas
con el furor bullendo
dentro de las venas,
prendiéndose en sus cuerpos
como una mariposa enfebrecida.
La inocente claridad de su mirada
perpleja.

Nunca sintieron antes
nada parecido.
El fulgor de una llama,
apenas.
Un relámpago brillante
apenas.
Un amado entrevisto en la espesura
apenas. Un deseo punzante.

Y ellos no comprenden
sino su cuerpo pleno
y señalado.
Sino la extática visión
arrebatada.
Sino el amor dormido.

Y extrañados, perplejos,
duermen arrebolados esa noche.




Amelina Correa