domingo, 29 de septiembre de 2013

LOS VERSOS DE ENRIC LÓPEZ TUSET EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA


Hoy traemos los versos del poeta nacido en Tarragona, Enric López Tuset, para el blog de La Noche en blanco de Granada, así como una breve semblanza de su trayectoria vital y literaria hecha por el mismo autor.



LOS VERSOS DE ENRIC LÓPEZ TUSET
 EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA






Nací en Tarragona el diciembre del año 1983. Actualmente trabajo como maestro de la escuela primaria, pero durante años he sido librero y responsable de uno de los proyectos de internacionalización relacionados con Asia de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.

Desde hace años he participado en distintas tertulias locales, así como lecturas de distintos poemarios. Finalista del premio Adonáis 2011 con la obra Adoración (Polibea, Colección los Conjurados, 2012), el mismo libro también fue finalista del premio El Ojo Crítico 2012. Ganador del XII Certamen Poético Mare de Déu del Miracle (2011). Dispongo de distintas publicaciones en varias revistas: Salina, Revista Áurea, El Alambique, Túria… 



STABAT MATER (DOLOROSA)




Quien pueda vivir en lo profundo del aliento

hacia un oscuro mar divino

y entienda el vuelo del muerto como un viento variable

alcanzará un rostro que ha florecido en caridad.



La verdad debe permanecer quieta en el silencio;

son hermosas las entrañas que marcan el tiempo del hijo:

nos redime a todos por quererse llevar lo que somos

en un gozo amable, en un cuerpo roto en las sombras.


Qué intenso tiene que ser el resplandor para que detengamos el paso,

no hay lugar en el pecho para la belleza que nos abrasa.


Mientras descubrimos la gracia del alma

¿qué cuerpo, en qué jardín, cantará el paso de la noche cansada?

Nos hemos bebido la luz del inocente

por eso ahora somos música y soledad. Por eso nos reflejamos en el poema.

Parece que  existe un tiempo mercenario que busca más tiempo y cenizas;

pero no todo arde, nuestros ojos quedan en el baile.


Y existe la madre que llora el hijo porque le dolía su sangre;

porque le rodean las palabras vastas y frías, porque ha derribado muros de luces,

aún así existe por no maldecir un mundo que pudo ir más allá de lo bello.

Existe por bañarse en un océano que se perpetúa congraciado en sus labios frágiles.

Habla con lo bueno y lo malo, perdona tanta soledad. Ojos de baile,

ojos que reinan con esperanza en lo hostil.

Parece débil el que unge con astros la desdicha.

Su fuerza, por tener un vuelo ciego, se pierde en un desierto tibio;

pero allana el horizonte de los cansados.


Tanta entrega doliente es plenitud que retorna,

es inmortalidad que importa para eligir lo vivido.




NUEVA VIDA AL MUNDO




A Eva Castro Hurtado,
Fruto de lo Sereno



Me dices «te quiero» y me permito negarme,

huelo a tiempo.

Pocas flores ofrecen tu momento sagrado,

tu vida en común con esa clase de secretos que toman la luz del sol;

en ti elijo el color del alma.


Deseo negar este sonido que pronuncias y me desnuda

en una edad exacta y transparente. He sido el equilibrio del no ser

en una intención que es la alegría de la misma intención

que nos inculpa de ser semejantes.

Todo lo cumplido parece evidente, soy feliz,

mas la memoria es salvación por si vuelve la angustia,

por si la vida roza lo más alto

a la espera de que vuelvas a ser mi respuesta.


¿Dónde la palabra, en qué manantial oscuramente somos renacer de hueso templado,

de labio de azúcar en la mejilla, lejos de cualquier defensa?

¿En qué tregua de agua, de soledad líquida nunca tomaré la fortificación de los sueños?

¿En qué cueva seré la voluntad del primer esfuerzo?

Escapo reluciente, bajo la ceguera de un enemigo íntimo, hacia la gracia de un olvido que redime,

hacia unas manos que juzgan la ternura, es su milagro quieto.

¿Qué hay del corazón cuando se mira en lo invisible?

Uno en Uno tu abandonas el hombre y yo la mujer

para ser exteriormente surco embriagado de lo más nuestro.

Sellas lo imposible con el peso de nuestro hogar amansado

por un centro de sangre y de palabra que canta el final de la noche.

Tu levedad me incendia en este aire salvaje.




Enric López Tuset







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